Los árboles de Navidad se cortan
entre los cinco y 10 años de edad. Se cultivan en plantaciones forestales
comerciales y en viveros especializados
Un elemento decorativo y
tradicional de la Navidad, es sin duda el el arbolito. Este emblemático adorno,
podría tener su origen con los celtas de Europa Central quienes, coincidiendo
con la Navidad cristiana, celebraban el nacimiento de Frey, dios del sol y la
fertilidad, adornando un árbol llamado "Divino Idrasil" (Árbol del
Universo).
San Bonifacio, evangelizador de
Alemania, promovió la mezcla de costumbres, y adoptó un pino para
honrar al Dios cristiano, dicho árbol, estaba adornado, pero con manzanas que
representaban el pecado original y con velas que representan la luz de
Jesucristo.
El cultivo de árboles de Navidad,
sin embargo, va más allá de una linda tradición, reviste una gran importancia
socioeconómica, pues además de que capturan carbono a través de la
fotosíntesis, mitigando así el cambio climático, cuando se degradan se
convierte en abono orgánico (composta). Asimismo, representan una alternativa
de ingreso para las familias que se dedican a su cultivo, esta actividad genera
empleos en áreas rurales y una derrama económica derivada de la venta de los
árboles.
En nuestro país el cultivo de
árboles de navidad es una alternativa para el desarrollo sustentable en
numerosas áreas rurales del país, y al mismo tiempo es una estrategia efectiva
para detener el avance de la mancha urbana.
En 2015, en 131 hectáreas de 70
parajes de la Ciudad de México se produjeron 181,400 árboles de navidad.
Sin embargo, la producción
nacional que incluye al mayor productor que es el Estado de México y a
Guanajuato, Puebla, Michoacán, Veracruz, Tlaxcala, Coahuila, Durango,
Zacatecas, Hidalgo, Querétaro, Tamaulipas, Jalisco, Oaxaca, Nuevo León,
Aguascalientes y Morelos, asciende a un millón de árboles.
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